
Las anomalías en el pezón y la areola son trastornos que se pueden corregir desde la cirugía estética. Las más frecuentes están relacionadas con la forma o el volumen que presentan. Y en otras ocasiones están vinculadas, por ejemplo, a reconstrucciones mamarias tras una mastectomía.
Se pueden dar tanto en hombres como en mujeres y en ambos casos tienen solución.
Anomalías en el pezón más frecuentes
Dentro de los distintos tipos de anomalías en el pezón que nos podemos encontrar suelen ser más comunes una serie de ellas. Todas tienen su tratamiento y solución a través de procedimientos relativamente sencillos.
Así, las más comunes son areolas o pezones muy grandes, areolas asimétricas, pezones umbilicados (en forma de ombligo o invertidos), ausencia de pezón (atelia) y areola.
Areolas o pezones grandes
Hombres y mujeres puede presentar unos pezones desarrollados exageradamente o pezones hipertróficos. Estéticamente estas anomalías en el pezón pueden generar trastornos psicológicos en algunos pacientes. También en determinados casos provocan molestias en distintas situaciones de la vida cotidiana, como en la práctica deportiva, a la hora de ponerse determinada ropa, etc.
La cirugía estética empleada en estos casos es un procedimiento sencillo, que tiene en cuenta varios aspectos como la longitud y anchura del pezón a tratar. La intervención se realiza con anestesia local, y tras ella podremos tener unos pezones con un tamaño y forma naturales.
Areolas asimétricas
Otra de las anomalías del pezón relativamente frecuente es poseer unas areolas asimétricas. Al igual que en el caso anterior, mostrar unas areolas asimétricas, puede provocar cierta inestabilidad emocional especialmente cuando esta asimetría es muy evidente.
A veces se producen por enfermedades congénitas o accidentes que han afectado a la zona. Es algo que puede ocurrir igualmente en los dos sexos, y para ambos casos existen tratamientos estéticos que pueden cambiar la apariencia de la zona de forma eficaz.
Para el abordaje de las areolas asimétricas desde la cirugía plástica, se utiliza un procedimiento similar al utilizado en el tratamiento de los pezones grandes. Generalmente, es una intervención fácil donde se recurre a la anestesia local.

Cirugía estética para solucionar las anomalías en el pezón
Pezones invertidos
Los pezones invertidos o umbilicados, se caracterizan por no encontrarse en su posición natural normal. Esto se debe a que la glándula mamaria tira de éstos hacia dentro a consecuencia de un desarrollo anómalo de la misma.
Este trastorno es bastante común en algunas mujeres, y no significa que se carezca de pezón, en contra de lo que suele pensar en ocasiones.
Para tratar el pezón invertido hay que recurrir a una cirugía plástica específica que se centra en modificar esas fibras que le presionan hacia dentro. Además, durante el proceso es necesario ser muy cuidadosos y mantener intactos los conductos galactóforos, que son por los que pasa la leche durante la lactancia, hasta llegar al pezón.
Atelia
La atelia es la ausencia de pezón, y generalmente se trata de una malformación de carácter congénito. Para solucionar este trastorno se suele recurrir a procedimientos similares a los empleados en la reconstrucción mamaria tras una mastectomía.
Reconstrucción de la areola y el pezón tras una mastectomía
En estos casos donde la paciente ha sido sometida a una mastectomía previa, las técnicas empleadas son diversas. De hecho se considera que el punto final de la reconstrucción mamaria es la realización del complejo areola pezón (CAP), para dar un aspecto más natural a la nueva mama.
El pezón reconstruido debe tener inicialmente una proyección prominente, ya que con el tiempo disminuirá su volumen. Los principales objetivos en estas reconstrucciones son conseguir una posición simétrica del CAP respecto a la otra mama, y al mismo tiempo que éste se ubique en una posición central en relación con la mama reconstruida.
Para corregir estas anomalías del pezón, se analiza la coloración de la areola, el tamaño del pezón y el tejido disponible. La finalidad siempre será que las dos mamas se muestren lo más parecidas en este punto.
Para reconstruir el pezón se suele realizar una plastia local o un injerto contralateral. Lo normal es efectuarla en un segundo tiempo. Primero, se toman medidas del lado no reconstruido, teniendo en cuenta la distancia de la clavícula y el esternón hasta el pezón. Después, estas mediciones serán la base para realizar la reconstrucción de la mama tratada.
El pezón se puede reconstruir a través de colgajos locales por medio de diversas técnicas: colgajo en raya, en raya modificado, en cruza de malta, en flor de lis o en “yin yang”.
En cuanto a la reconstrucción areolar, destacar que se trata de crear una zona pigmentada que se parezca de la forma más fidedigna posible a mama contralateral en cuanto a configuración y color. Se puede emplear una reconstrucción mediante tejidos autólogos (del propio paciente o a través de pigmentos intradérmicos (técnica de tatuaje).