
La rinoplastia es una cirugía estética que tiene como objetivo mejorar la forma y el tamaño de la nariz de una forma natural y equilibrada respecto al rostro.
El hecho de ser hombre o mujer influye a la hora de practicar este método, pues los rasgos de ambos sexos varían. Es una operación estética muy delicada porque la nariz es uno de los elementos que más destacan en el rostro y conseguir un efecto natural tras esta intervención implica tener unos conocimientos técnicos muy completos.
La cirugía de nariz es cada vez más frecuente en hombres. De hecho, es la segunda cirugía plástica más demandada por estos, por detrás de la blefaroplastia (cirugía de párpados). En un principio, las rinoplastias en hombres con fines estéticos eran escasas, en torno al 20 por ciento. Es decir, cuando se la practicaban era para corregir traumatismos o problemas funcionales. En la actualidad,el porcentaje de rinoplastias en hombres se ha duplicado y la mayoría de las veces se hace con una finalidad estética.
Facciones en el varón
Cuando se practica una rinoplastia en un varón hay que tener en cuenta las peculiaridades de un rostro masculino. Generalmente en ellos el dorso nasal debe presentarse recto, ya que proporciona más carácter, mientras que una nariz curva otorga una apariencia más femenina y delicada.
Con la punta de la nariz ocurre algo similar. En el hombre al angulación de ésta suele estar entre los 90º y los 95º. De hecho, una punta caída por debajo de este ángulo da la sensación de una nariz más larga y confiere al rostro más edad.
En las mujeres, se suele buscar una punta nasal delgada y un poco levantada, con un ángulo aproximado de 100º a 110º entre el labio superior y la punta.
Antes y después de una rinoplastia en hombre

Cirugía de nariz en hombre
En esta foto del antes y después de una rinoplastia apreciamos a un varón de 30 años, que acudió a nuestra consulta porque no le gustaba el tamaño de su nariz, ya que le parecía grande, y además presentaba un dorso elevado.
Si exploramos la nariz de este hombre joven, vemos que efectivamente es grande en relación con la cara, y que tiene un dorso elevado con respecto a la punta. Además, ésta se encuentra ligeramente más baja que el dorso, y el ángulo que forman la nariz y el labio es menor de 90º. Por otra parte, tiene una columela muy protruyente hacia abajo.
El planteamiento que se hizo para la corrección de la nariz en este paciente varón consistió en la reducción del dorso, sin que ésta fuera excesiva. El objetivo era mantener el dorso nasal por debajo de la punta nasal, de forma que la punta ofreciera un aspecto más protruyente, pero sin exagerar, y al mismo tiempo aumentar el ángulo que formaba la columela con el labio, aproximadamente 90º.
La rinoplastia se realizó mediante técnica cerrada, reduciendo el dorso, raspando el hueso y disminuyendo la parte del esqueleto nasal que correspondía, de forma que la punta quedase ligeramente por encima y ampliando el ángulo nasolabial. De esta forma obtuvimos una nariz varonil que no daba la impresión de estar operada y con unas características muy armoniosas.